El viernes pasado, Yolanda en la red social de Paraiso de Papel presentó un tutorial para hacer un libro-cuento.
Os menciono la posibilidad de habérmelo inventado, porque tengo recuerdos (como la mayoría) absolutamente fabulosos de mi mi niñez y muchas veces me planteo que las cosas, los juguetes, las fiestas infantiles, todo…. no podía ser tan fastuoso como yo lo recuerdo, por lo que mi visión de niña y los años, han magnificado esos recuerdos y episodios hasta llegar a mi vida actual, con cierta probabilidad de haber sido distorsionados, pero me da igual! Esos recuerdos son así, son míos y con explicar que son unos recuerdos infantiles, para justificar las posibles “irregularidades”, basta. Otro día os hablo del recuerdo de la cristalería de juguete que tuvieron mis hermanas! Por cierto, cuando ellas lean esta entrada… tendremos conversación para el fin de semana!
Bueno, dejando a un lado los recuerdos tan lejanos en el tiempo y las nostalgias infantiles, paso a mostraros, mi interpretación del libro cuento. Aunque pensándolo bien, os aclaro, que además de recordarme al teatrillo de Airgam en su estructura, mi libro-cuento es más un libro-teatrillo por lo que en él he mostrado.
Para empezar, el mío no es bien, bien un cuento… en todo caso representa la “idealización” de un paseo por el campo. Mis padres, tienen una casa de fin de semana en una zona residencial y por suerte está situada en una zona de la urbanización que ya toca con campo abierto…un sendero de tierra te adentra en el bosque y una pequeña riera. A ese sendero que se abre a partir del final de una calle asfaltada, en casa siempre le hemos llamado, El caminito y de ahí el título de mi libro-cuento.
Y después de todos los preámbulos… (que pesadita soy a veces! lo admito!) pues os digo: la foto es de un paseo de hace dos domingos por la mañana, con mi padre, mis hermanas Cristina y Magda y los dos niños de esta, Joel y Karla. Venían además el perro de mis padres, Duck (el blanco que aparece a los pies de mi padre) y Ona, la perrita negra de mi hermana Cristina, que quedó escondida detrás de las piernas de su ama. Finalmente, claro! falto yo… pero es que una vez más estaba detrás de la cámara. Cristina que también llevaba la suya, ese día, me ha dicho que me pasará una foto en la si que aparezco yo y la pegaré en la contraportada y al pie relataré un par de anécdotas de ese día.
Bueno el fondo es la montaña de Montserrat, fondo original de ese paseo por cierto, y como elementos “idealizantes” un sol embosado en tinta amarilla, un par de árboles de embós también y un pajarito estampado en tinta negra y coloreado con lápices de color. Por último, en el marco exterior unos helechos recortados del papel decorado y unas mariquitas y una mariposa.
Finalmente la portada, que acabé ayer, decorada con algunos cristalitos al tono del estampado del papel y combinado con glossy accent, que por cierto hacía tanto frío ayer cuando llegué a mi taller, que al principio no conseguía que bajara el glossy del fondo de la botellita (de frío y duro que estaba), hasta pasado un ratito que la estufa empezó a notarse en el ambiente. Pero como me siento tan feliz en mi taller, pues me desplazo casi a diario hasta allí.
Bueno pues hasta aquí la entrada de hoy, disculpar la “vuelta” que he dado por los recuerdos infantiles, os agradezco como siempre la visita, la lectura y los comentarios, si hoy los dejáis.
Si Ana te doy la razon en los recuerdos magnificados. Pero que bonito es recordar aquellas cosas, a mi me encanta recordar e intento incluso acordarme de los olores. Y veo algo que habia antes y digo, ya esta el progreso eso es parecido pero no igual que cuando yo era pequeña. Y mi sobrina, que ya tiene 13 años me mira con cara rara y pregunta que por que y yo le digo el progreso ahora no jugais no apreciais las cosas. Y me deja como si estuviese loca.
Y bueno ya que si no nos dan las mil.
Divino como siempre no me cansare de repetir mi palabra.
Te ha quedado muy bien. La idea está genial. Los papeles preciosos.
WUAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU! que preciosidad de libro-cuento Ana, de verdad de la verdadera… aisssssssssssssss recordar buenos momentos… lo mejor!
petonets xoxo
A mí también me pasa, que recuerdo las cosas de pequeña mucho más fantásticas e idealizadas de lo que seguramente fueron…
Te ha quedado muy bonito, enhorabuena!
¡Anita de mi corazón!
¡Qué gran suerte tengo de poder darte la mano por el caminito de la vida!
¿qué decirte que no te haya dicho ya?
La currada que te has pegado para recortar las fotos y encajarlas!.
Te ha quedado precioso , pero eso para mi no es una novedad.
Besotes.
Q bonitos son los recuerdos infantiles compartidos con los hermanos! es una epoco genial e irrepetible!
El mini te ha quedado espectacular, siempre tan cuidado en todos los detalles!
Besos
Puedes dar todas las "vueltas" que quieras!!! Es un gusto leer lo que escribes y como escribes!!. Es verdad que los recuerdos que guardamos de la infancia nos parecen mas maravillosos de lo que a lo mejor fueron, pero en eso esta la magia de ser niños que hacemos grandes las pequeñas cosas, no?.
El libro-cuento te quedo precioso, bueno, eso ya te lo dije, pero aquí si que se ven maravilla todos los detalles, que… como dicen por ahi, vaya curro que te has "pegao".
Las fotos preciosas, teneis una gran suerte de disfrutar de ese paisaje.
Muchosss Besosss.